Todo el mundo conoce a estas alturas la aplicación de mensajería instantanea Whatsapp y la enorme revolución, en la forma de comunicarnos, que ha supuesto en España y en otros países. Esta archiconocida aplicación permite insertar imágenes, videos, y mensajes de voz. Hay expertos que han alertado del riesgo de adicción que tiene esta herramienta y en mi opinión, gran parte de ese riesgo lo generan precisamente los grupos de whatsapp.
Por mi propia experiencia, y por la que he observado en amigos y conocidos, cada persona puede llegar a disponer de una gran variedad de grupos: Los hay que son, sin duda, útiles y nos aportan valor y buenos momentos pero, también están aquellos que nos quitan la vida…a los que yo llamo los grupos pesadilla
Dentro de los que yo considero útiles están los grupos creados entorno a la familia -en sentido amplio- en donde se puede llegar a conectar con aquellos familiares como primos, tíos, sobrinos, etc con los que actualmente sólo tienes contacto en eventos tipo bodas, bautizos y comuniones, y que se encuentran dispersos por varios lugares de la geografía nacional, e incluso más allá de nuestras fronteras. Por lo que sin duda la creación de un grupo te permite tener un contacto más cercano con ellos: pudiendo ver como crecen sus hijos, sus lugares de vacaciones, sus últimas noticias, etcétera.
Otra categoría de grupos útiles son sin duda los de amigos de la infancia, que bien por el devenir diario de nuestras ajetreadas vidas o bien porque vivimos en distintas ciudades tenemos más abandonados. El grupo nos va a permitir seguir teniendo un vínculo con ellos y poder conocer sus novedades, sus hijos, sus novias, sus lugares de ocio, los platos que comen, sus fotos, etc o simplemente reírnos un rato recordando anécdotas de cuando íbamos al colegio. Desde luego la creación de este tipo de grupos es un opción ideal para mantener, aunque sea de manera virtual, un nexo muy cercano con nuestra «otra» familia como son los amigos.
En el lado opuesto a estos grupos comentados están los que he denominado al principio del post como los grupos pesadillas. Estos, en mi caso, llegan a mí con un carácter esporádico pero tienen tendencia a permanecer en el tiempo. Destaco en esta categoría todos aquellos grupos que se crean de manera espontánea por iniciativa de alguno de sus miembros y con un objetivo inicial: como puede ser una cena, una despedida de soltero, una fiesta de cumpleaños, un viaje, etc. También están los creados por los padres/madres de los compañeros de tu hijo en el colegio, los del equipo de futbol, los grupos de vecinos de tu urbanización, los de tu departamento del trabajo…y así hasta el infinito y más allá
Al final lo que sucede con algunos de estos grupos, es que cuando se acaba el evento en cuestión, el grupo sobrevive y pronto se llena de chistes, chismes, bobadas, imágenes, videos con sus correspondientes comentarios, con cientos de emoticonos incluidos que van saturando el espacio de tu memoria por lo que, de vez en cuando conviene hacer una limpieza de este material multimedia en nuestro dispositivo.
Por último, decir que por salud mental, conviene silenciar determinados grupos pesadilla porque, de lo contrario, las alarmas sonoras de tu smartphone no te dejarán vivir. Recuerdo una vez que desconecté el móvil para ver una película en el cine y cuando lo volví a encender dos horas más tarde… ¡tenia más de 300 mensajes sin leer!
Creo que es bueno cada cierto tiempo salirse (aunque sea de puntillas para no herir sensibilidades) de alguno de estos grupos pesadilla para que no interfieran en tu actividad diaria o ¡te volverás loco!.
¿Y tú, cuantos grupos pesadilla tienes?
¿Conectamos?