La primera vez que escuché hablar del coronavirus fue en la radio a finales del año pasado. Los primeros casos se detectaron a finales de diciembre en la ciudad china de Wuhan, en la provincia de Hubei. En su momento lo veía muy lejano. Los medios de comunicación y el Gobierno tampoco le dieron mucha importancia. Era una gripe, quizá un poco más contagiosa que la gripe común, y que afectaba con una mayor gravedad a personas mayores y aquellas que tuvieran patologías anteriores.
Más tarde estalló un brote en el norte de Italia, en donde la semana pasada fuimos conociendo las medidas drásticas que se estaban tomando con la finalidad de detener el contagio lo antes posible. Posteriormente, han ido surgiendo contagios en España que ha sido otro de los grandes focos de Europa. El coronavirus como era de esperar ya está presente en más países europeos como Francia, Alemania, Reino Unido, Dinamarca, etc. Gracias a la globalización en la que vivimos ya está presente en Estados Unidos, Australia, y así hasta más de 140 países en todo el mundo.
En España, hace una semana desde el Gobierno de la nación, se estaba alentando a las ciudadanas de este país a acudir masivamente a las manifestaciones del 8 de marzo, con el peligro y la temeridad que suponía hacerlo. El domingo por la noche, una vez finalizadas las manifestaciones feministas, todo se precipitó de repente. Los contagios aumentaron en más de un 50 por ciento, registrándose 2.000 nuevos casos. En estos momentos el número de contagiados ha superado los 7.700 y casi 300 muertos. Además, todo indica que las cifras seguirán aumentando lamentablemente.
Desde el pasado jueves un equipo de desarrolladores liderado por el empresario Martín Varsavsky están trabajando contrareloj en una aplicación para combatir el Coronavirus. Las empresas implicadas en el desarrollo de la app son Telefónica, Google, Ferrovial, Carto, Goggo network, Mendesaltaren y ForceManager y van a desarrollar la app de manera altruista, ya que no tienen intención de cobrar importe alguno a la Comunidad de Madrid que es quien ha encargado la app a través de su presidenta Isabel Díaz Ayuso. Está previsto que la app se pueda descargar tanto en dispositivos iOS como Android el próximo miércoles 18 de marzo.
El objetivo de la app es descongestionar los números de emergencias mediante la participación voluntaria del usuario, que informará sobre su estado de salud y de los lugares que ha recorrido mediante el GPS del dispositivo que deberá estar siempre activado.
La aplicación también permitirá que el usuario pueda informar a los funcionarios encargados de si su estado de salud empeora o presenta mejoría, mediante las dos llamadas diarias que recibirá el usuario enfermo.
Una app similar ha sido utilizada en Asia y ha permitido a las autoridades crear mapas de calor basados en los movimiento de los usuarios que permitan conocer las zonas más calientes y también para comprobar si se están cumpliendo con el confinamiento impuesto.
La app también puede ayudar a que las personas que estén pasando la enfermedad en casa puedan recibir la atención médica, sin necesidad de acudir a los servicios de urgencias, para que éstos puedan atender a aquellos pacientes que presenten mayores dificultades.
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